jueves, 4 de agosto de 2011

MEXICO POSREVOLUCIONARIO

La revolución mexicana ha sido definida como una revolución democrático liberal, agraria y antiimperialista. Fue agraria y popular, pues apelaba de modo esencial a la movilización del pueblo para la lucha contra el orden establecido y recogía en sus banderas las demandas que reclamaba la condición de total sometimiento del pueblo trabajador en el campo y en la ciudad. Y fue antiimperialista pues la dictadura cifraba el desarrollo material del país en la entrega de sus recursos naturales al capital extranjero, y la revolución planteaba su rescate como exigencia necesaria e inmediata de su lucha con la dictadura.
En ese sentido, se puede señalar que la diferencia entre revolución política y revolución social radica principalmente en el hecho de que la revolución política está dirigida a destruir un poder político que, como el feudal se confunde directamente con la propiedad, haciendo de ella una propiedad privilegiada. Al poder político que se fundaba en la propiedad privilegiada sucede con esta revolución un poder político separado de la propiedad. Una revolución social, por el contrario, no sólo significa la destrucción del orden político existente, sino además la eliminación de la propiedad misma.
¿Cuáles fueron los resultados de la revolución mexicana? En primer lugar, siguió una línea de masas cuyo objetivo esencial era conjurar la revolución social, manipulando a las clases populares mediante la satisfacción de demandas limitadas (tierra para los campesinos, mejores niveles de vida para los trabajadores urbanos); más tarde, entre 1929 y 1938, las masas fueron enclavadas en un sistema corporativo proporcionado por el partido oficial y las organizaciones sindicales semioficiales y dentro del cual siguieron planteándose y resolviéndose las reformas sociales.

El "México posrevolucionario" comprende el período entre 1929 y 1938, cuando habían concluido los enfrentamientos armados de la Revolución mexicana.
Luego del asesinato de Álvaro Obregón, presidente reelecto, el Congreso designó a Emilio Portes Gil como sucesor de Plutarco Elías Calles. En 1929 se celebraron elecciones bajo sospecha de fraude electoral, donde triunfó Pascual Ortiz Rubio sobre José Vasconcelos

La Revolución mexicana, que desgarró al país de 1910 a 1920, no sólo produjo el esquema legal más avanzado del hemisferio occidental, convirtiéndose en un ataque contra la propiedad, la jerarquía social y la exclusión; además, también fue una embestida contra la moral victoriana y las reglas de represión sexual, llevando a las mujeres al espacio público en formas nunca antes vistas. Este libro constituye un reto a la historia oficial de la Revolución, pues coloca a las mujeres en el centro del escenario.
Mediante una relectura de la historia de México, a la luz de décadas de estudios feministas y culturales, los ensayos de este libro muestran cómo las mujeres aprovecharon las oportunidades creadas por los esfuerzos de modernización y la conmoción revolucionaria para cuestionar las convenciones sobre sexualidad, trabajo, familia, prácticas religiosas y derechos civiles.

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